jueves, 16 de junio de 2011

Suceso de ayer.

Ayer escuché otra vez su voz. Hacia meses que no la oía, no me hablo a mi, obvio, yo me encontraba en una habitación continua. No se que decía, sólo escuchaba el tono de su voz, como cuando uno escucha la música de una canción sin prestar atención a su letra, y así, como las canciones, me paseó por todo el pasado y me conmovió. Hacia rato no la escuchaba. Amaba esa voz, amaba mi nombre en su boca.

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