jueves, 15 de septiembre de 2011

Infiernos diarios.

Aldo lo perdió todo.
Camiones, casas, salud,
hijo, mujer, amigos, respeto, nietos,
to-do.
Hoy verlo es un pasaje directo a la tristeza.
Postrado,
de fondo crónica titula en letras grandes
"jubilado asesinado a golpes".
Por 200 pesos lo mataron, me dice.
Hijos de puta.
Se retuerce,
sus ojos colapsan del miedo.
Tiene 83 años y unas cuantas
operaciones sobre el lomo.
Pienso que lleva más de 10 años
sin ver el río, las estrellas, la ruta,
comiendo papa pisada,
pastillas a la mañana, al mediodía
a la noche.
Ahí lo veo contando sus ocho billetes violetas
cada mes.
Quisiera hacer algo por el, quisiera.
Sus ojos amanecen cada día
más cansados, más vacíos.
Supongo que su única esperanza
debe ser que el buen dios
una noche de estas
lo mude al otro barrio.
Amén.

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