lunes, 11 de abril de 2011

Vidas que habitan en los muebles.

El Sábado por la tarde ordene un mueble. Está repleto de libros y manuales y cuadernos de la primaria. En ese volver al pasado constante me encontraba. La misión encargada era ordenar y tirar todo lo que no sirva, se ve que mi madre aún no me conoce. álbum de figuritas del clausura 95, tiralo dice mi vieja, ¿Vos estás loca? le digo, y así van pasando elementos por mis manos y el dialogo se repite con los dibujos de jardin, -el sol con polenta, las nubes con algodón- las entradas a recitales, las cartas que no se envían. Y tomate un mate bien amargo para bajar tanta melancolía me digo, me mimo. Y así estoy, con las piernas cruzadas como chinito sentado en el piso revolviendo lo que en algún momento me hizo bien o mal, pero me hizo, quizás esa es la clave, haceme, haceme bien o mal, pero haceme, ¿Qué Sebastián? dice mi vieja, nada, nada, le respondo, ¿Queres un mate? le digo. Ella tampoco espera que yo tire los dibujos de jardín, si los tirara, más tarde los buscaría en la bolsa de consorcio y los guardaría otra vez, dicen que algunas cosas son genéticas, dicen. Yo no se si me parezco mucho a mi mamá, todos dicen, sos igual a tu padre, igual. Y tampoco me veo parecido. Sí, los ojos, un poco el pelo, sí, ¿pero lo demás? mi viejo es como una sombra para mi, una figura de esas que vienen en los libros para colorear, yo lo miro y no se como pintarlo, no se. Y viene tal y lo pinta y viene otro y lo pinta, por que tu viejo, sí, tu viejo esto, tu viejo aquello. No me hace bien, me da por las pelotas. Pero me estoy yendo de tema, si es que existe un tema, una rama.
Ahora miro mis manos y veo "El reino del revés" de Maria Elena Walsh, tapa negra, astronauta... me acuerdo de sus ojos. Me acuerdo de sus verdes ojos y su sorpresa al enterarse de la muerte de Maria Elena. La muerte, el pasado, los ojos, las figuritas de fútbol, este mate amargo entre mis manos transpiradas.

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