Te pienso como los marinos piensan
en tierra firme, burdeles, tragos y humos.
De madrugada también en esta habitación
se levanta viento y amenazan tormentas negras
y no hay Jonás que lanzar al agua,
no hay ballena, posterior vómito y leyenda que contar.
Te pienso como los marinos piensan
en noches estrelladas, aguas serenas, brújulas exactas.
Amo como el mar y cada tanto mato.
Ahogo.
Tu cuerpo exhausto en la húmeda arena.
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